Las memorias de la gente grande

 

Durante el 2024 ha sido posible colaborar con un grupo de personas mayores del Tule. Una o dos veces por meses nos hemos reunido a conversar sobre las memorias de la comunidad, del fraccionamiento el El Retiro y de las comunidades de origen de las participantes en el grupo. Esto no hubiera sido posible sin el apoyo del Comité Municipal del DIF (2023-2025)  que se han sumado a las actividades, invitando a las personas a participar y acompañando al grupo a recordar con él, a conversar y plasmar sus memorias a través de diferentes lenguajes artísticos.

El grupo se ha conformado por las siguientes personas originarias del Tule y vecinas del Fraccionamiento el Retiro provenientes de Santos Reyes Nopala, Teotitlán del Valle y de la Cdmx:

María Asunción Cortés

Gisela Eloisa Méndez Martínez

Juana María Luis Vásquez

María Magdalena Pablo

Agustina Alfaro Hernández

Sibilina González Martínez

Margarita Morales González

Victoría Toledano Martínez

Ismael Hernández

Magdalena Matias Vásquez


Durante ocho sesiones fue posible realizar actividades de mapeo narrativo que, por momentos, se acompañaron de trazos que evocaban las memoria en torno a los cuerpos de agua de la comunidad, las actividades domésticas, las costumbres, el uso de plantas medicinales, reflexionando sobre el antes y después de la comunidad.


Narrar sobre el antes y después de la comunidad, recordar los juegos de la infancia, las costumbres, pero también el trabajo que implicaban las actividades domésticas, el campo y el cuidado de los animales, es un ejercicio que dignifica las trayectorias de las personas mayores y permite reflexionar sobre los futuros posibles para las próximas generaciones.


Mapeo y reflexión del Sr. Ismael Hernández

Durante estas sesiones nos apoyamos de la idea del mapa como una referencia para ubicar los caminos que se recorren y recorrían en la cotidianidad del Tule.

                                                                                                       
Una memoria crucíal para la reflexión del antes y después de la comunidad se asocia con el papel que jugaban los cuerpos de agua en la cotidianidad de la comunidad. Cuando se habló del ritual de curación de la tristeza fue posible identificar, que las personas no originarias del Tule, que provenían de otras comunidades del estado, también ubicaban la realización de este ritual.
Este fue el caso de Santos Reyes Nopala, en cuyo río, también se acostumbraba hacer esta curación. Recordar que los ríos en todo el estado de Oaxaca jugaban un papel central para la vida de las infancias, y para lass comunidades y que constituían un elemento fundamental para la medicina tradicional nos permitió identificar los referentes compartidos entre las personas mayores que hoy comparten el territorio.



                                                             Bordado del río de Nopala, Sibilina González Martínez

Durante las conversaciones fue posible recrear las actividades que se hacían en el río de la comunidad y cuando nos remitíamos al dibujo era habitual recordar la fauna que acompañaba este lugar. Aves y peces conformaban un hermoso ecosistema que fue atestiguado por muchas personas mayores que llevan en sus corazones la relación estrecha que tenía la comunidad con el río y otros cuerpos de agua como el pocito.  


                                                                                       El río Grande Eloisa Méndez Martínez


                                                                                               El patito, María Magdalena Pablo


El recuerdo del trabajo en el campo, de los almuerzos que se llevaban cada día, de la alegría de una milpa bien lograda, también fue parte de los recuerdos evocados a través del dibujo.



                                                                                                      La milpa, Agustina Alfaro Hernán

La presencia y uso de las plantas medicinales, pero también de las ornamentales, es una memoria viva que podemos ver cuando recorremos el Tule. Las mujeres le dedican tiempo y cuidados a mantener en sus traspatios las plantitas para el remedio, para la comida y para recrear la vista con la belleza de muchas flores.



                                                                     


                                                                                   El Tulipan, Juana María Luis Vásquez

                                                                                              El temazcal, María Magdalena Pablo


Reflexionar sobre el agua nos llevo también a conversar sobre actividades cotidianas que permitían cuidar de la salud como el temazcal que era una práctica de medicina tradicional que antes fue muy habitual en la comunidad y que hoy prácticamente ha desaparecido.
De igual forma, fue posible identificar las plantas medicinales que formaban parte de este y otros procesos de atención a la salud.

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                                                                       Las plantas que curan, Margarita Morales González

De julio a noviembre, el trabajo de las reuniones se trasladó a la propuesta de caminatas que permitieran recorrer la comunidad con la intención de recordar, mientras se camina. En estos procesos, la observación y recolección de plantas ha sido un elemento reiterado. Los cambios en el paisaje también tiene que ver con la adaptación de las plantas silvestres a nuevos entornos y la forma en la que los saberes en torno a ellas se van transmitiendo.
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La primera caminata se realizó durante la mañana del 3 de julio de 2024, hacia los límites con Santa Catalina de Sena y con la Colonia El Nogal de Santo Domingo Tomaltepec, para cerrar con la identificación de algunas plantas en el Fraccionamiento "El Retiro". 



Fue posible identificar plantas como el chamizo, la higuerilla blanca, el muicle y las rositas de castilla, cada una con usos medicinales precisos que han sido findamentales para la medicina doméstica y tradicional.


La segunda caminata se realizó el 1 de octubre de 2024, el río estaba crecido por las lluvias atípicas y no pudimos ir caminando al Regulín. Nos acercamos en vehículo y pudimos recorrer los caminos aledaños para la recolección de plantas comestibles como el chepil y el chepiche y de chapulines. Este lugar, catalogado por las personas mayores como un ojito de agua que se consideraba encantado, constituye el último cuerpo de agua que se ha mantenido libre de contaminación y aún es posible ubicar algunos peces endémicos que se encuentran en peligro de extinción. 


En esta caminata fue posible identificar un antiguo horno de cal, del que se ha podido encontrar referentes de su consturcción en el AGEO, datándolo con fecha de 1945.


El último recorrido se realizó el 22 de octubre en las calles principales de la población, en búsqueda de los árboles más antiguos de la población que no correspondían a los sabinos que ya se han datado con anterioridad en la población. 




Los árboles frutales fueron los más nombrados, haciendo la observación que la mayoría da frutos picados que ya no pueden colectarse como antes, que constituían una fuente imporante para complementar la dieta de las familias y para la venta en la población.


Se reflexionó cómo antes un aspecto común en todas las casas de la población era la siembra de árboles frutales que proporcionaban sombra y alimento en los patios, razón por la que hay muchos árboles que pueden tener una datación de más de 50 años que aún conforman el paisaje de la comunidad.



De igual forma, fue posible documentar el tipo de árboles que se sembraban frente a las casas y que por muchos años ha sido común su venta en la población. 



La granada y la guayaba se identificaron como los árboles más comunes en esta disposición espacial;  sin embargo, sólo fue posible documentar la presencia de árboles de granada durante la caminata.




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